miércoles, enero 26, 2005

No quiero verlos

No quiero verles.

Me producen pánico las personas que , mientras amenazan y ofenden, lo hacen sin inmutarse. No mueven ni las pestañas al proferir insultos, anunciar desgracias o argumentar sus terribles acciones.

Casualmente, Dios (Uno Cualquiera...Uno de Esos) siempre cabe en su monólogo de "ser superior". Tratan la divinidad como una responsabilidad tan alta como ellos, la asumen y la abrazan como nadie puede hacerlo, excepto ellos. No necesitan perdón porque ellos creen haber accedido ya a la rendención a través de la tortura y muerte de los demás.

No hace falta que busquen estos rostros relajados y sosegados entre los canales de TV (allí abundan en glorioso ecosistema), también pueden encontrarlos en el anden del metro, esperando un tren en silencio....con las manos en los bolsillos de la gabardina.

En contra, me admira observar y oir a las personas que han estado cerca de la muerte. Acarician con cada mirada. Parecen estar viendo en cada maceta, trozo de asfalto o semáforo, el rostro de sus nietos. Conocen el significado de la compasión más extrema. Predican con el sosiego y ahorran vida en cada gesto de su cuerpo.

Son personas. Lejos y cerca de mí.